martes, 2 de noviembre de 2010

Un sueño encontré...

Ayer fui a buscar un lugar lleno de luces con el que diariamente soñaba. Adentré en caminos que parecían de infinita distancia, mi caminar era lento pues trataba de disfrutar la brisa que me abrazaba. Hojas caían a mi alrededor anunciando la nueva temporada y mis botas las hacían crujir al pasar sobre ellas, eso era lo único que se escuchaba en esta caminata eterna. De pronto miré en el horizonte, algunas casas podía observar desde donde me encontraba, tomé con rapidez mi falda para poder correr hacia ese lugar que me hablaba. Una sonrisa se dibujó en mi rostro y miles de pensamientos pasaron en mi mente, pensé que al fin había encontrado ese lugar tan apreciado que por tantos años había soñado. Pero cual fue mi sorpresa al ver la realidad, esas casas llenas de húmeda ceniza anunciaban una gran tragedia; mi sonrisa desapareció lentamente y a cambio de eso lágrimas brotaron y recorrieron mi rostro hasta llegar al suelo, me sentí derrotada al no poder encontrar ese lugar y caminé hacia una de las casas y así por un momento poder descansar. Me encogí tomando mis piernas entre mis brazos mientras miraba el cielo que ya se tornaba negro. Recargándome sobre la puerta, mis ojos se cerraban poco a poco, pero antes que por completo lo hicieran, la puerta se abrió de pronto. Como estaba muy bien apoyada, logré caerme sobre mi espalda, no pude captar muy bien el dolor por la maravilla que mis ojos miraban. Miles de luces volaban dentro tal y como lo imaginé en mis sueños, no pensé dos veces y de inmediato me levanté y a la casa con alegría adentré, las luces caían, la brisa las movía y volando hacia mi todas se dirigían; externando la felicidad en la que me encontraba, sobre mi propio eje giraba y giraba, no sentía ni un poco de mareo, pues eso no estaba en mi lista en ese momento, yo solo pedía no despertar si se trataba de un sueño más, ya que todo era tan real y así para siempre me gustaría quedar.

...Magda Karina